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El Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil: Un cambio peligroso, pero no novedoso.


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Recientemente fue aprobada en el Senado de la República el Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil que implica en la integración de una base de datos con información personal de los titulares en la compra de un chip de celular con el fin de conocer quién es el usuario de un teléfono celular. Estos datos personales son el número del teléfono celular, fecha y hora de la activación del celular, nombre completo del usuario, nacionalidad, número de identificación oficia con fotografía y CURP. Hasta aquí todo bien, pero la controversia comienza cuando también informan que nos tomarán los datos biométricos; es decir, huellas dactilares, el iris de los ojos, las facciones del rostro, el tono de la voz y la firma. Esta reforma se hace con motivos de seguridad en el área de sobornos, robo de celulares e identificar a las personas que cometen delitos desde un teléfono celular tales como la extorsión, delito que ha aumentado en México a cifras anuales de hasta 3 dígitos en los últimos 5 años.


Claramente la controversia de este Padrón es la sensibilidad de los datos que estamos entregando como usuarios, pero es aquí en donde quiero puntualizar que no es algo nuevo y que nuestros datos biométricos ya están registrados en alguna base de datos de empresas y del propio gobierno: nuestros celulares ya registran nuestro rasgos faciales y huellas dactilares, nuestros bancos tienen un registro de nuestra voz; inclusive el INE tiene el registro de nuestras huellas digitales y los Afore iniciaron el proceso de la recopilación de datos biométricos de sus clientes hace varios años y evitar las suplantaciones de identidad. Sin duda la mas importante por contar con estos datos biométricos seria la FIEL del SAT (Firma Electrónica Avanzada del Sistema de Administración Tributaria, área de la Secretaria de Hacienda Federal que recauda nuestros impuestos).


Ya hemos llegado al futuro en donde nuestra privacidad se va diluyendo rápidamente a cambio de “seguridad” ya que nuestros propios datos biométricos se pueden usar en nuestra contra y la lista de lo que puede significar esta nueva ley para los usuarios puede ser larga ya que no se ha dado una amplia explicación de dónde se recabarán estos datos, cómo se garantizará la privacidad del usuario y el nivel de seguridad que se tendrá.


Por poner un ejemplo, supongamos que tienes la aplicación de tu banco en tu celular y usas tu huella dactilar o tu rostro para acceder a tus cuentas bancarias. Esto puede ponerte en un riesgo en tu patrimonio financiero ya que estos datos las puede tener un tercero. Se sabe que esto es para tener mayor seguridad, pero también se puede abrir otra puerta llena de vulnerabilidades.


Por otro lado, esta el costo de implementación de esto, que de llevarse a cabo, el Instituto Federal de Telecomunicaciones “I.F.T.” ya hizo declaraciones a los medios de comunicación que requeriría de una inversión mínima de 700 millones de pesos, y que en el presupuesto 2021 no se contempló tal cifra.


Puede que para muchos esto sea una nueva novedad, pero ya estamos ahí, en el futuro donde toda nuestra seguridad y privacidad (privacidad que por cierto está casi desaparecida) dependerá de nuestros datos biométricos. Esto se llama autenticación biométrica donde estos datos serán más seguros que las débiles contraseñas de antes. Esto continuará evolucionando para mejorar la seguridad y la experiencia del usuario. Todo esto suena bastante bien siempre y cuando exista una regulación y/o parámetros que nos garantice seguridad y varias empresas ya están incorporando el uso de la autenticación biométrica casi sin darnos cuenta, es probable que aquellas que no utilicen dichas soluciones se queden atrás y no estén al mismo nivel que sus competidores. ¿Estamos listos todos para este cambio?.

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©2021 por José Antonio Sánchez

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